Con la muerte del baterista y compositor Max Roach, ocurrida en agosto del 2007, el mundo perdió a uno de los últimos testigos y protagonistas fundamentales de las épocas más doradas del Jazz.
Porque desde 1942 (cuando sólo contaba con 16 años) no sólo tocó siempre con los músicos más influyentes del género (parker, monk, powell, gillespie, lewis, hawkins, mingus, ellington, davis, etc), sino que además formó en el intertanto el famoso quinteto junto al inolvidable Clifford Brown., el que sentaría las bases más influyentes del hard bop. Asi es que con el trompetista y también por separado, Roach aportó al mundo de la música algunos álbumes totalmente avasalladores, este es uno de ellos. Grabado en 1960, en medio del clima hostil y racista que imperaba contra la población negra, “We insist ! Freedom now suite” es una obra conceptual, una lección de historia y una feroz proclama política al tiempo que una obra absolutamente rupturista con todo lo que se venía escuchando en jazz hasta entonces
La líricas pertenecen a Oscar Brown Jr, y los cantos, alaridos y declamaciones, a la genial Abbey Lincoln; aparecen soleando el impresionante Broker Little (apenas un año antes de su prematura muerte), Walter Benton y Julián Priester, y como si fuera poco, el maestro de maestros Coleman Hawkins. Percusiones africanas de Michael Olatunji completan y conectan con la tierra esta aventura de lirismo y protesta.
Roach ya había organizado un festival paralelo al de Newport en protesta por la segregación racial, ya había hecho contacto con grupos y movimientos de resistencia como los Panteras Negeras, pero ahoraeditaba un disco en cuya portada lo estaba diciendo prácticamente todo: un cantinero blanco a punto de mearse ante las amenazantes miradas de sus negros parroquianos con libros abiertos sobre la barra, por primera vez un blanco serviría a un negro.
"Cualquiera puede adquirir la técnica, pero el verdadero reto es traer a este mundo un signo de individualidad y de identificación" y ese fue el impulso mayor de su obra y su música, plasmado totalmente en esta obra maestra. Porque fue Max Roach ciertamente uno de los dos o tres bateristas más técnicos y dotados de toda la historia del jazz, pero al mismo tiempo supo tomarle la temperatura a su época y mejor aún (él, que había nacido en el centro mismo del Bronx) supo exactamente lo que había que hacer. Discazo para escuchar una y otra vez y recomendar aún más.