La misión (y el juego) era participar (por primera vez) durante Junio del año 2010 de un concurso fotográfico, organizado en esta oportunidad por el Fotocine Club Valparaíso y donde el tema era La Muerte. Asi pues, en una tarde de "extraordinaria" creatividad no se me ourrió nada más que partír al Cementerio de La Serena. Mal no me fue después de todo, una mención honrosa y otras fotos ubicadas entre los primeros lugares. Pero mejor vamos con la historia, y por supuesto las fotos, que esta es la excusa perfecta para mostrar algunas que nunca antes habían sido publicadas.
Partí entonces, como dije, al Cementerio de La Serena del cual hoy les hablaré la nada misma ya que no es en rigor esto un reportaje gráfico si no más un insorportable, inútil y totalmente desfasado pataleo. Del cementerio quizás sólo me resta contar que aquel día estaba practicamente vacío y esa es la razón respecto de la ausencia de personas en las fotografías. Sin embargo algunas esculturas y pasajes de lugar me parecieron interesantes de registrar. Es lo que se verá a continuación pero entre medio, el pataleo por el mentado consurso.
La primera decepción fue antes de iniciado el certamen, cuando me eliminaron la que yo creía era una de las mejores de la serie.
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La imagen de un anciano llorando totalmente apesadumbrado en las afueras del cementerio, fue eliminada porque, según me explicaron en un mail, "a pesar de considerarla buena fotografía, por razones de inadecuación con el tema, pues puede representar dolor pero sin un contexto mayor que pueda mostrar el cementerio, no se puede inducir fácilmente de la imagen que ésta represente la muerte."
La verdad les hubiera encontrado toda la razón si el resto de las imágenes participantes hubieran resultado demasiado elocuentes comparado con ésta, cosa que por supuesto no fue así ya que habían algunas francamente abstractas (por decir lo menos insidioso). Aquí es donde me comporto como el típico niño de colegio al que castigan por algo pero al resto no y él entonces reclamaba, "y cómo los otros?". Hablo por la herida, en fin. Horrible.
A tanto llegó mi despecho (ya a esa altura empeñado en realizar una rápida encuesta para comparar opiniones) que empecé a mostrar la foto a varios amigos y familiares con el fin de que me expresaran una impresión lo más ligeramente cercana a la imparcialidad, por lo tanto la foto no la vió ni mi madre ni mi mujer.
Pues bien, la foto ganó por paliza y eso que por primera vez no tuve necesidad de pasarles dinero a cambio; asi es que al menos quedé un tanto más tranquilo, consuelo inútil como todos. El concurso seguía y tenía 3 fotos más en competencia a las que seguirle la pista.
No recuerdo exactamente, pero en la votación del público (via web) tuve una o dos fotos entre los tres primeros lugares. Pero no lo recuerdo bien asi es que olvidemos mejor ese dato, total lo que importaba era la votación del jurado. Fue entonces que llegó la noticia que de había obtenido una Mención Honrosa por esta fotografía.
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O sea, recapitulando: dos de mis tres imágenes ocuparon el tercer lugar pero sólo me tocó una mención honrosa. Si se resolvío todo por sorteto final debo decir que tengo muy mala suerte ya que de dos no hice una. En fin, fue otro de los misterios que nunca aclaré y que ya nunca se hará a lo mejor porque estoy lejos de Valparaíso y de hecho ni siquiera asistí (por distancia, no por despecho) a la premiación a la cual fui invitado.
Y la otra imagen, la tercera enviada ? bueno, mal no le fue tampoco, obtuvo 17.85 en la votación con lo cual se ubicó tranquila y solitariamenre en la cuarta posición. A continuación la foto.
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Respecto a esta foto dos cosas. La primera es que me queda el consuelo (o más bien el premio) de que mi gran amigo Edgardo "Black Soul" Rojas la utilizó de protector de pantalla durante un tiempo apenas la vió. La segunda es una curiosidad más de todo este asunto y es que se premió otra Menciómn Honrosa y fue adjudicada a una imagen que ocupaba el quinto lugar, o sea, tenía menos puntaje que cualquiera de mis tres fotografías. ¿?
Entonces, recapitulando nuevamente, tuve dos fotos en tercer lugar y una en cuarto y me fui para la casa sólo con una Mención Honrosa la cual después de todo agradezco porque me hizo entender en tres tiempos (apenas terminada mi primera experiencia en concursos fotográficos) dos cosas:
1.que soy muy pero muy picado y cabro chico ;
2. por ende nunca más volver a participar en otro concurso.
Asi de mal quedaron las cosas por mi lado y todo eso alimentado por las desmesuradas palabras de mi mujer quien se apresuró en señalar que este es muy poco cocurso para mi; comentario muchísimo más fanático que cualquiera de los que pudiera haber hecho incluso mi madre. Sin embargo como la vanidad manda se lo agradecí enormemente en ese momento y demás está decir que me sentí el hombre más enamorado de la tierra. Todo iba mal, realmente muy mal.
Bueno, demás está decir que las promesas fueron sólo pueriles amenazas y no pasaron ni dos meses cuando volví al ruedo de los concursos (con los mismo del Foto Cine Club Valparaíso) y volví a tener problemas ya que me querían descalificar por haber mandado imágenes que estaban publicadas en este blog y eso iba contra las reglas porque podía inducir a otros a que votaran por mi imagen. Finalmente me dieron la pasada pero en ese concurso, salvo un tercer lugar o cuarto lugar por votación del público, no figuré ni en las cómicas.
Volví a caer nuevamente a las pocas semanas para un concurso especial donde el tema era "Retratos en su entorno" Me encargué de consultar previamente si podían ser retratos grupales y me contestaron que ningún problema, siempre y cuando estuvieran en su entorno ya sea laboral, escolar, etc. Fue ahí entonces que mi perpejlidad llegó a tope al no aceptarme participar con una fotografía de retrato a pescadores en su hora de descanso. Sólo como curiosidad les dejo la imagen.
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Mi flaca acurrucada a mi lado volvió a insitir con eso de que este concurso era muy poca cosa para mi asi es que entonces tuve que rectificar mi promesa y señalar que nunca más iba a volver a participar de un concurso, pero sólo de los organizados por el Foto Cine Club Valparaíso.
Cosa que por supuesto me duró nuevamente apenas los tres minutos de picado y no estaban en ese momento ni mi mujer ni mi madre, para estimular (con su entrañable pero maligna fidelidad) mi insaciable vanidad y orgullo de fotógrafo herido.
A continaución (y para quien le interese) el resto de las imágenes tomadas en el cementerio durante el mismo día y que obviamente no fueron enviadas a concurso.
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